La felicidad en los niños no ocurre por casualidad. Aunque cada pequeño tiene su propia personalidad y necesidades, hay cosas que podemos hacer para ayudarles a sentirse más felices y saludables. Una parte importante de esto es ayudar a su cerebro a producir las hormonas del bienestar (serotonina, endorfinas, oxitocinas y dopamina), mismas que mejoran el estado de ánimo y reducen el estrés, entre otros muchos beneficios. El cerebro de los niños, al igual que el de los adultos, produce estas sustancias químicas que influyen en sus emociones. Por ejemplo: Cuando los niveles de serotonina son adecuados, los niños se sienten tranquilos y contentos, también les ayuda a regular el sueño y el apetito.

Afortunadamente, hay muchas formas sencillas y naturales de ayudar a los niños a generar estas sustancias y sentirse felices. Aquí te compartimos algunas:

1. Jugar y reír todos los días

El juego es una de las mejores formas de estimular las endorfinas en los niños. Saltar, correr, jugar con otros y reír a carcajadas les ayuda a sentirse bien y a liberar tensiones.

2. Hacer ejercicio al aire libre

Correr, andar en bicicleta o simplemente caminar en el parque mejora la producción de serotonina, dopamina y endorfinas. Además, la exposición al sol aumenta los niveles de vitamina D, que también influye en la felicidad. 

3. Reconocimiento

Actividades que impliquen pequeños retos que puedan alcanzar. La sensación de logro los motiva y estimula el aprendizaje. Felicitarlos cuando alcancen esas  metas o cuando se esfuerzan en conseguirlas. No olvidemos que el proceso también es importante, no solo el resultado.

4. Abrazos y muestras de cariño

El contacto físico genera oxitocina, refuerza los lazos afectivos y reduce el estrés. Un abrazo sincero puede hacer que un niño se sienta amado y seguro.

5. Alimentación equilibrada

La comida también influye en la felicidad. Algunos alimentos ayudan a la producción de serotonina, como los plátanos, el chocolate oscuro, los frutos secos y los cereales integrales.

6. Dormir bien

El descanso es fundamental para regular las emociones. Un niño que duerme lo suficiente está más relajado y feliz, ya que su cuerpo puede producir serotonina adecuadamente.

7. Fomentar el contacto con la naturaleza

Caminar descalzo sobre la hierba, observar insectos, cuidar plantas o simplemente respirar aire fresco tienen efectos positivos en el cerebro infantil. La naturaleza es un poderoso generador de bienestar.

La felicidad de los niños se construye día a día con acciones sencillas pero significativas. Recuerda, un niño feliz hoy será un adulto más sano y equilibrado en el futuro. ¡Pequeños actos pueden hacer una gran diferencia!

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