Tener un huerto en casa es de las actividades más divertidas y enriquecedoras que puede haber. Hacen conciencia del cuidado de la tierra y puede favorecer en un futuro el consumo responsable en todos los aspectos, hábitos que todos deberíamos cultivar.

Los huertos urbanos tienen múltiples beneficios en el desarrollo infantil, además de ser una dinámica fabulosa para compartir en familia.

Beneficios para los niños:

  1. Fomenta un estado de calma y paciencia, ya que se necesita de tiempo para poder ver crecer una planta.
  2. Aprenden a adquirir responsabilidades. Las plantas son seres vivos y hay que cuidarlas, y dedicarles tiempo para que puedan vivir.
  3. Promueve una alimentación saludable y conciencia por la naturaleza. Los niños tienen mayor curiosidad en probar lo que ellos mismos ayudaron a sembrar y cuidar.
  4. Combate el sedentarísmo. Es una actividad que los entretiene sanamente por horas, sin necesidad de salir de casa, alejándolos del sofá, ya que es una actividad física moderada.
  5. Ayuda mucho en el desarrollo de la coordinación motora fina, es decir, en la fuerza y agilidad para mover sus manos y dedos.
  6. Estimula los sentidos. Tocan distintas texturas, huelen infinidad de aromas, observan detalladamente todos los colores, formas y cada momento del crecimiento de las plantas. Por supuesto, después de lavar bien todo, pueden saborear la cosecha.
  7. Es una actividad que se puede realizar en familia.

¿Qué necesitas para comenzar tu huerto?

  • Busca un lugar donde haya luz. Si tienes un jardín o terraza será mucho mejor, pero si no, una pared cerca de una ventana bastará.
  • Necesitarás una caja de madera o de mimbre, como las de fruta de los supermercados. 
  • Tierra. Nútrela con composta o algún buen abono.
  • Una pequeña pala, un rastrillo y una regadera.
  • Semillas de los vegetales que prefieras. Los más sencillos y fáciles de dar son los jitomates, las papas, las cebollas, fresas, rábanos, entre otros. Es importante que averigües cuáles son los de temporada. 
  • Limpia bien la caja, pon plástico en el fondo para que no se desparrame la tierra y el agua. Puedes hacer surcos con el rastrillo para colocar las diferentes semillas  o poner cajas de cartón de huevo  para separarlas. 
  • Ahora deberán regarlas con regularidad y cuidar de no poner demasiada agua, recuerda que este tipo de  plantas no saben nadar. 

Poco a poco, con mucho cuidado y amor, juntos verán los maravillosos resultados de su gran trabajo en equipo. ¡Manos a la obra!

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