Halloween es una fiesta llena de colores, disfraces y mucha emoción. Pero cuando hablamos de niños pequeños, es importante recordar que no todos viven la experiencia con el mismo entusiasmo ni al mismo ritmo. Algunos disfrutan de los sustos y las luces, mientras que otros pueden sentirse abrumados o asustados. La clave está en acompañarlos, respetar su personalidad y crear una celebración que sea divertida sin convertirse en una tormenta de estímulos.
Adaptar la celebración según su edad y temperamento
Cada niño es único. Hay quienes adoran disfrazarse y correr por la casa gritando “¡Buuu!” y hay quienes prefieren observar de lejos. Escucha sus señales: si notas incomodidad, no lo fuerces, para algunos toda esta fantasía “fantasmagórica” puede resultar muy angustiante y difícil de entender. Un festejo en casa con disfraces caseros y juegos tranquilos puede ser tan especial como salir a pedir dulces por la calle.
- Para los más pequeños (2-3 años): mantén las actividades sencillas: cuentos cortos de calabazas, pintar fantasmitas con los dedos o decorar galletas.
- Para los niños de 4-7 años: pueden disfrutar juegos como buscar tesoros escondidos en la casa (si deciden no salir a la calle), o un desfile de disfraces con la familia.
Juegos y actividades tranquilas para un Halloween sin sustos
Si quieres evitar la sobreestimulación, prueba opciones más calmadas:
- Cine en casa: una película o video amigable como El Feliz Halloween de Caillou, disponible en Edye. También tenemos un especial de ¿Dulce o truco? con una selección de episodios para reír y decir ¡buu!
- Manualidades fáciles: decorar calabazas con pintura en lugar de tallarlas, hacer máscaras de papel o linternas con cartón. En Edye tenemos una actividad especial para que creen sus propias máscaras, descárgala gratis aquí.
- Juegos simbólicos: una pequeña “tienda de dulces” en casa donde los niños cambian sus golosinas por stickers o juguetes pequeños.
- Todos a bailar: escoge canciones de Halloween divertidas acorde a su edad y descubran nuevos pasos de baile.
- ¡Buuu! Boliche: pueden hacer botellas de plástico forradas con vendas, pegarles unos ojitos de cartulina y hacer rodar una pelota para ver cuántas “momias” se caen.
Dulces seguros y saludables
El exceso de azúcar no es buena idea, sobre todo en niños pequeños. Puedes ofrecer alternativas divertidas: brochetas de fruta en forma de murciélago, paletas de plátano cubiertas de chocolate oscuro o bolsitas de palomitas caseras decoradas como fantasmas. Así cuidas su salud y mantienes la magia de la celebración.
Disfraces: más que juego, una herramienta de crecimiento
Cuando un niño se disfraza, no solo se divierte. Además de ser un momento de gran emoción durante la planeación y complicidad con su familia, los disfraces estimulan la imaginación, refuerzan la confianza y les permiten experimentar cómo es ponerse “en los zapatos de otro”.
Además, favorece la empatía, la expresión emocional y hasta la construcción de su identidad. Que se conviertan en una bruja tierna, un superhéroe poderoso o un fantasma risueño les da un espacio seguro para explorar quiénes son y quiénes quieren ser. A través del juego simbólico los niños refuerzan, descubren y transmiten muchas de sus inquietudes.
Acompañar el misterio y el miedo desde la infancia
El miedo es parte natural del desarrollo. No se trata de eliminarlo, sino de acompañarlo con cariño. Puedes presentar personajes misteriosos como “el fantasma risueño” o “la bruja buena” a través de cuentos cortos y juegos de sombras con linternas. De esta forma, el misterio se transforma en curiosidad y diversión, en lugar de angustia.
Halloween con niños pequeños no tiene que ser un desfile de sustos ni de ruidos intensos. Con creatividad, atención y empatía, podemos transformar la fiesta en una experiencia segura, divertida y llena de aprendizaje.
Recuerda: lo importante no es seguir el ritmo de la fiesta, sino el ritmo de tu hijo.
Artículos sobre aprendo a ser





