Gracias a la neurociencia, hoy podemos saber con seguridad, que durante la infancia, especialmente en los primeros años, el cerebro está en un período de gran plasticidad. Las conexiones neuronales van a una velocidad sorprendente. Durante esta etapa, las experiencias sensoriales juegan un papel fundamental para favorecer el desarrollo de habilidades cognitivas, emocionales y motoras.
Estimular los sentidos de los niños ayuda a:
- Promover la capacidad de aprendizaje y memoria.
- Desarrollar la integración sensorial, crucial para la percepción, coordinación y equilibrio.
- Despertar su curiosidad, aumentar su atención, motivación y creatividad.
- Fomentar un desarrollo emocional saludable.
- Brindar habilidades sociales, de autorregulación y adaptación.
Todo esto proporciona una base sólida para su desarrollo y establece el escenario para un aprendizaje continuo y un bienestar general a lo largo de sus vidas.
¿Cómo puedes ayudar a este desarrollo?
Incorpora las siguientes actividades en la rutina diaria con tus peques.
- Juego sensorial: Dales materiales sensoriales como arena, agua, pinturas, arcilla, y objetos de diferentes texturas para que los niños experimenten táctilmente.
- Exploración al aire libre: Pasar tiempo al aire libre permite a los niños experimentar una variedad de estímulos sensoriales como el viento, el sol, la tierra y la vegetación. Pueden tocar el pasto, escuchar los sonidos de la naturaleza y observar los cambios en el entorno.
- Música y sonidos: muéstrales diferentes tipos de música y sonidos. Puedes utilizar instrumentos musicales simples, cantar canciones con gestos y ritmos, o simplemente escuchar música variada.
- Exploración visual: Proporciona libros con imágenes coloridas y variadas, rompecabezas, bloques de construcción y juguetes que estimulen la vista, promuevan la observación y atención visual.
- Actividades de cocina: Cocinar con los niños implica una variedad de estímulos sensoriales como olores, texturas y sabores. Déjales ayudar en la cocina y experimentar con ingredientes, puede ser una experiencia educativa y divertida.
- Juegos de olfato y gusto: Organiza actividades que involucren la identificación de diferentes olores y sabores. Por ejemplo, juegos de adivinanzas con vendas en los ojos para identificar alimentos por su olor y sabor.
- Juegos de diferenciación táctil: Proporciona actividades que desafíen el sentido del tacto, como juegos de clasificación por texturas, encontrar objetos ocultos en una bolsa sensorial, o hacer moldes con plastilina.
Además de estimular su desarrollo neuronal, verás lo divertido que es.