Ofrecerle varios juguetes a un niño en edad preescolar al mismo tiempo puede parecer una forma efectiva de mantenerlo entretenido, pero en realidad, puede tener efectos negativos en su desarrollo y en su capacidad de juego. Aquí te explico por qué:

Dificulta la concentración y el enfoque.

Los niños preescolares aún están desarrollando su capacidad de atención. Si tienen demasiados juguetes disponibles, pueden distraerse fácilmente y cambiar de un juguete a otro sin involucrarse realmente en el juego. Esto les impide concentrarse en una sola actividad y desarrollar habilidades de atención.

Reduce la creatividad e imaginación.

Cuando un niño tiene acceso a demasiados juguetes a la vez, tiende a jugar de manera superficial con cada uno. Sin embargo, si tiene solo un juguete o un número limitado de opciones, es más probable que utilice su imaginación para darle diferentes usos y encontrar nuevas formas de jugar con él.

Provoca sobreestimulación.

Demasiados estímulos al mismo tiempo pueden generar frustración, fatiga y ansiedad en los niños. Un exceso de colores, sonidos y texturas puede hacer que se sientan abrumados y que terminen irritados o desinteresados, en lugar de disfrutar el juego.

Fomenta la falta de apreciación por sus juguetes.

Cuando los niños tienen demasiados juguetes disponibles, pueden volverse menos cuidadosos y valorar menos lo que tienen. Saber que siempre hay otra opción disponible les impide aprender a disfrutar, cuidar y aprovechar al máximo cada juguete.

Limita la toma de decisiones y la resolución de problemas.

Si un niño tiene demasiadas opciones al mismo tiempo, puede sentirse indeciso o cambiar rápidamente de un juguete a otro sin explorar realmente cada uno. En cambio, si tiene menos opciones, se verá impulsado a tomar decisiones más reflexivas y a encontrar diferentes formas de jugar con lo que tiene.

Puede generar hábitos de consumismo y dependencia del entretenimiento externo.

Tener demasiados juguetes disponibles puede llevar al niño a creer que siempre necesita algo nuevo para divertirse, en lugar de aprender a disfrutar el juego libre y creativo con lo que ya tiene. Esto puede generar un patrón de consumismo desde una edad temprana. Además puede hacerlo sentir que siempre necesita más, que nunca es suficiente dejándolo insatisfecho permanente.  

¿Cuál es la mejor estrategia?

En lugar de ofrecerle muchos juguetes a la vez, es recomendable:

  • Rotar los juguetes: Guarda algunos y cambia la selección cada cierto tiempo, verás cómo se sorprende cuando sacas ese juguete que no veía hace tiempo. Además es una excelente manera de organizarlos e incluso clasificarlos.
  • Optar por juguetes versátiles: aquéllos que se puedan usar de múltiples formas, como bloques de construcción, muñecos o materiales abiertos como plastilina.
  • Fomentar el juego libre y creativo: Los juguetes no siempre son necesarios; materiales cotidianos como cajas, telas o elementos de la naturaleza pueden ser grandes aliados para su imaginación.

Al reducir la cantidad de juguetes disponibles, ayudarás a tu hijo a jugar de manera más profunda, a desarrollar mejor su creatividad y a aprender a valorar lo que tiene. ¡Menos es más!

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