La lectura es fundamental para el desarrollo personal y el crecimiento intelectual de todo ser humano. Es una actividad que podemos poner en práctica con los peques desde que son preescolares, ya que aunque no sepan leer las palabras, aprenden a interpretar las imágenes y comienzan a hacer conexiones entre lo que ven, escuchan y sus experiencias previas. Hay quienes aseguran que el vínculo con los padres se vuelve mucho más fuerte cuando iniciamos con este bello hábito desde que están en la pancita de mamá.
Los beneficios que la lectura trae a nuestros niños son muchos, entre ellos están:
- Mejor rendimiento académico.
- Fluidez y amplitud en el lenguaje.
- Mayores habilidades de comprensión y de resolución de problemas.
- Capacidades de concentración.
- Una gran imaginación y creatividad.
- Desarrollo emocional saludable.
Estrategias para cultivar el hábito de la lectura en tus hijos:
- Crear un ambiente de lectura: Establecer un rincón de lectura acogedor en casa con libros a su alcance. Trata de que haya variedad, que sean adecuados a su edad y también sus intereses. Pueden ser libros físicos o digitales. Que estén ilustrados, que sean interactivos y también sensoriales.
- Leer juntos: Dedica tiempo cada día para leer con los niños, ya sea en voz alta o compartiendo un libro juntos. Haz que la lectura sea divertida. Utiliza voces diferentes para los personajes y anima a los niños a que participen.
- Visitar la biblioteca: Haz visitas regulares a la biblioteca para que los niños puedan explorar y elegir libros nuevos. Favorece el intercambio de libros con sus amigos o en familia y organiza actividades relacionadas con los temas de lectura.
- Modelar el comportamiento: Sí, no hay mejor estrategia que predicar con el ejemplo. Que vea que tienes tus momentos de lectura y muestra entusiasmo por ello.
- Relacionar la lectura con experiencias: Conecta los libros con sucesos de la vida real. Por ejemplo, contar historias sobre sus propias aventuras o enseñarles sobre temas que les interesen.
- Fomentar la conversación: Después de leer un libro, haz preguntas abiertas para propiciar la conversación y la comprensión.
- Crear rutinas: Establece horarios fijos de lectura, como leer antes de dormir, para que los niños asocien la lectura con momentos de tranquilidad.
- Celebrar los logros: Reconoce y felicítalo cuando haya terminado un libro o cuando aprenda y utilice nuevas palabras.
Hagamos de la lectura una experiencia única, enriquecedora y de mucha unión familiar.