Nadie nace sabiendo ser padre. Es algo que vamos aprendiendo día con día. La receta secreta no existe, pero sí puedo asegurar que es algo que se hace con muchísimo amor.
En la actualidad contamos con mucha información que está al alcance de todos gracias al internet y aunque existen diversos métodos y sistemas, hay algunos puntos que son básicos y que estoy segura te pueden ayudar en esta maravillosa tarea de aprender junto a tus hijos a ser padres. ¡Toma nota!
1.- Acompáñalos en su proceso. Los niños tienen necesidad de probar infinidad de veces sus capacidades y por eso lo intentan una y otra vez hasta que lo consiguen. Para nosotros, el que hagan tantas cosas nos puede significar “peligro”, porque tenemos miedo de que se puedan hacer daño, pero recordemos que ellos lo necesitan, es su forma de conocer el mundo; un reto, que cuando lo logran les da una enorme alegría y ganan autonomía y seguridad en sí mismos.
Con gritos y negativas, solo les transmitimos miedo. Mejor apliquemos lo que dicen los expertos: con cuidado, pero sin miedo. Cambiemos el: ¡Te vas a caer! ¡Te lo dije! por ¡Temo que te caigas, prefiero acompañarte! ¡Bien, lo lograste! ¡Lo hiciste tú solito!
Si tratamos de entender lo que cruza por sus mentes, nos será más sencillo comprenderlos y actuar en consecuencia.
2.- Límites claros y con amor. Esto se traduce en estructura y brinda a los niños contención, seguridad, cuidado y protección. Aprenden a manejar la frustración, a distinguir entre lo que está bien y lo que no. Ayuda a fortalecer su madurez emocional, a resolver problemas, a mejorar el control de sus impulsos y a aceptar las consecuencias. Los ayuda a enfrentarse al mundo. Así de importantes son los límites. Eso sí, puestos siempre con amor, acorde a su edad y evitando cualquier tipo de violencia.
Tips para poner límites
- Normas y reglas muy claras para no generar confusión
- Definir acción, día y hora de cuándo se realizará la acción
- Debe haber consecuencias, estas también pueden ser positivas (estímulos)
- Debemos ser constantes
- Ponlas por escrito o con dibujos
3.- Seamos padres presentes. Una magnífica manera de hacerlo es jugando con nuestros hijos, escuchándolos y tratando de empatizar con sus sentimientos, con sus intereses, validando sus emociones. Esto no significa consentirlos en extremo o darles por su lado, más bien es prestarles mucha atención para poder comunicarnos de una manera asertiva con ellos. Estar cerca física y emocionalmente.
4.- Fomentemos su autonomía. Con pequeñas tareas que estén a su alcance, por ejemplo que te ayuden con las labores de la casa, que se vistan solos. Es importante que se sientan útiles y con esto les enseñamos también a ser responsables. Podemos ayudarlos, pero no hacerles las cosas porque esto los vuelve inseguros y genera la falsa creencia de que no son capaces de conseguir sus metas.
Quizá lo más bello de aprender a ser padres es la evolución que nosotros tenemos, porque deseamos ser mejores personas para ellos. La paternidad nos deja grandes enseñanzas, y es que los niños son nuestros grandes maestros de vida. De ellos aprendemos a ser pacientes, a disfrutar de las pequeñas cosas, recordamos cómo soñar, cómo jugar; cómo amar incondicionalmente y sobre todo, a ser felices.