Los niños descubren el mundo a través de sus sentidos, sus juegos y sus preguntas. La curiosidad es su motor natural de descubrimiento y, cuando la estimulamos, les damos herramientas para comprender mejor lo que les rodea.

¿Por qué es tan importante la curiosidad en los niños?

La curiosidad en los niños es la chispa que enciende su deseo de aprender, explorar y entender el mundo que los rodea. Esa etapa en la que los pequeños preguntan “¿por qué?”, “¿cómo?”, “¿qué es esto?” no solo es natural, sino esencial para su desarrollo infantil. Cada duda, cada observación, es una oportunidad para aprender.

Cultivar esa curiosidad desde los primeros años ayuda a formar niños más creativos, seguros y con mayor capacidad para resolver problemas. Pero… ¿cómo estimular la curiosidad en casa de forma divertida y sin complicaciones? Aquí te damos varias ideas.

  1. Juegos sensoriales para descubrir el mundo

Los juegos sensoriales permiten que los niños exploren con todos sus sentidos. Y cuando los sentidos se activan, ¡la mente también!

Ideas fáciles:

  • Caja secreta: Mete objetos con diferentes texturas en una caja (una esponja, un cepillo, un peluche, una cuchara, etc.). Deja que el niño los descubra con los ojos cerrados y adivine qué es. Otra variante puede ser, que con los ojitos tapados, huela diferentes prendas de ropa y adivine cuál es suya o de mamá.
  • Bandeja de exploración: Coloca arena, agua, arroz  o espagueti teñido de colores, también puede ser plastilina casera. Anímalo a tocar, mezclar, moldear… ¡todo se vale!

Este tipo de juegos no solo despiertan la curiosidad, sino que fortalecen la motricidad fina y la concentración, además de estimular los sentidos.

  1.  Salidas para explorar el entorno

No necesitan ir muy lejos para estimular la exploración. A veces, el parque cerca de casa o una caminata por el vecindario se convierten en grandes aventuras.

Actividades para hacer durante la salida:

  • Buscar insectos y observarlos con una lupa.
  • Contar cuántos tipos de flores o árboles encuentran.
  • Llevar una “bitácora de explorador” para dibujar lo que vieron.

Estas salidas invitan a hacer preguntas, a observar y a descubrir cosas nuevas. Puedes aprovecharlas para responder a las preguntas de los niños y, si no sabes la respuesta… ¡Investiguen juntos!

  1. Experimentos caseros

¡La ciencia también puede ser divertida desde pequeños! Aquí algunas ideas: 

  • Hagan un volcán con vinagre y bicarbonato.
  • Delinea un dibujo con sal de mesa (usa pegamento blanco para fijarla). Luego, prepara distintos recipientes con agua y colorante vegetal de varios colores. Con un gotero, coloca el agua de colores sobre la sal y observa cómo se absorbe y se esparce por el dibujo. ¡Parece magia!
  • Prepara agua de col morada (repollo) y mézclala con jugo de limón o de naranja. También puedes probar con agua con azúcar, sal, bicarbonato de sodio u otra sustancia que elijas. Observa cómo el color del agua cambia con cada mezcla.

Cada experimento abre la puerta a nuevas preguntas: ¿Por qué hay burbujas? ¿Por qué cambia el color? ¿Por qué se derrite?

Aquí, más que dar respuestas cerradas, lo importante es acompañar su proceso de descubrimiento. Pregunta: “¿Tú qué crees que pasó?” y deja que imagine antes de explicarlo.

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  1. Cuentos y libros que despiertan la imaginación

Los libros son grandes aliados para estimular la curiosidad. Elige cuentos que hablen sobre inventos, animales curiosos, viajes espaciales o mundos fantásticos.

Sugerencias para hacerlo más interactivo:

  • Detente en las ilustraciones y pregúntale: “¿Qué crees que va a pasar?”
  • Hagan juntos un final alternativo.
  • Después del cuento, invítalo a hacer un dibujo o juego inspirado en la historia.
  • Actúen escenas del cuento.

La lectura no solo fomenta el lenguaje,  también desarrolla la creatividad, abre puertas a nuevos intereses y pasatiempos.

  1. Preguntas abiertas y respuestas con paciencia

Sabemos que a veces las preguntas de los niños son infinitas, ¡y agotadoras! Pero es justo ahí donde ocurre la magia del aprendizaje.

¿Cómo responder a las preguntas de los niños sin frustrarse?

  • No te sientas presionado por tener siempre la respuesta correcta.
  • A veces, una buena respuesta es: “No lo sé, pero lo buscamos juntos”.
  • Devuélvele la pregunta para que piense: “¿Tú por qué crees que pasa eso?”

Cuando los niños sienten que sus preguntas valen la pena, se animan a seguir preguntando… y aprendiendo.

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  1. Crear un “El buzón de los Porqués”

Puedes armar en casa un espacio donde los niños dejen sus dudas en papelitos (dibujadas o escritas). Luego, una vez a la semana, pueden abrir el buzón y buscar las respuestas juntos. Es una forma divertida de darle valor a sus preguntas, fomentar la investigación y mostrarles que aprender puede ser una aventura compartida.

La curiosidad es la mejor brújula para el aprendizaje en la infancia. Si fomentamos en los niños el deseo de descubrir, observar y preguntar, les damos herramientas valiosas para la vida.

Recordemos que el desarrollo infantil no solo depende de enseñar datos, sino de acompañar con amor y entusiasmo la maravillosa etapa de preguntar, descubrir y volver a preguntar.

¡Comienza hoy con una de estas actividades y deja que la aventura empiece en casa!

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